La psicóloga que dirigió el estudio, Anita Kelly, explicó que el propósito de la encuesta era si vivir honestamente puede mejorar la salud en los Estados Unidos ya que la persona promedio miente 11 veces a la semana.
Un centenar de personas fueron analizadas entre 18 y 71 años, los psicólogos dividieron en dos grupos a las personas, una mitad de ellos fueron instruidos para evitar las preguntas que podrían conducir a la mentira y la otra mitad fue liberada para engañar.
El responsable del estudio semanal, examinó a pacientes a través de polígrafos y llegó a la conclusión de que el grupo “honesto” presentó una mejor salud que los mentirosos con un promedio de cuatro veces menos quejas relacionadas con la salud mental y tres veces menos quejas de dolor físico.
La psicóloga que dirigió el estudio, Anita Kelly, explicó que el propósito de la encuesta era si vivir honestamente puede mejorar la salud en los Estados Unidos ya que la persona promedio miente 11 veces a la semana.
Kelly, se dio cuenta de que los miembros del equipo honestamente podían reducir el número de mentiras en torno a la quinta semana de práctica, un cambio en el comportamiento que dio lugar a la mejora de las relaciones más próximas.
Para no mentir, muchas personas hacían otras preguntas complicadas, cambiándolas por otras preguntas complicadas o tocando otros temas, ser honesto era la elección que hizo que muchos participantes, evitaran pedir disculpas.
Traducido y adaptado por NoticiaCristiana.com de Góspel Prime
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